Escondidos entre la oscura bruma económica del 2020 van apareciendo, paulatinamente, pequeños claros en forma de noticias que dejan entrever la tópica luz del final del túnel. Sin precipitarnos poniéndonos las gafas de sol para no 😎 deslumbrarnos, al menos desde el sector de las oficinas y la inversión van emergiendo algunos estudios e indicadores que rompen con el All the news is bad news imperante.
A pesar del evidente impacto de la pandemia, en Barcelona se contratarán unos 400.000 metros cuadrados en 2020; mientras que en Madrid la contratación se estabilizará en torno a los 550.000 metros cuadrados. Un goloso 33% de la inversión del sector este año con un volumen de entre 2.500 y 3.000 millones de euros en el cierre del ejercicio.
Un dinamismo motor
El dinamismo que está exhibiendo la ciudad condal gracias, en buena parte, a la fuerza motora del distrito tecnológico del 22@, y la apuesta del sector financiero, los servicios a empresas y los servicios generales por Madrid; pronostican una recuperación de la 💸 inversión en oficinas en el corto y medio plazo.
El segmento de los espacios flexibles también ha sabido reaccionar rápidamente a la crisis reinventando su concepto. Las solicitudes de este tipo de áreas en ambas capitales y sus zonas periféricas, un eficiente plan de contingencia para muchas empresas, y en capitales de provincia como Sevilla, Bilbao y La Coruña así lo evidencian.
La inversión en oficinas, una opción no exclusivamente reservada a las grandes fortunas presenta un 🔝 de valores añadidos para los inversores que resistirán solventemente el horizonte post-pandemia.
Las oficinas en valor
Foco de interés. Una de las fuerzas de las grandes ciudades es que son un bien de imprescindible interés para pequeñas, medianas y grandes sociedades. Focos de atracción del talento, servicios y representatividad corporativa; las empresas requerirán siempre de oficinas accesibles y bien comunicadas para su desarrollo y crecimiento. Interés empresarial, interés inversor.
Estabilidad a largo plazo. El periodo de alquiler de oficinas y edificios de oficinas garantiza una fuente de ganancias estable e ininterrumpida por un largo periodo contractual de tiempo, a diferencia de las viviendas, ya que las empresas necesitan una mayor estabilidad para desarrollar su actividad. Una inversión de presente con la mirada en el futuro.
Adaptación. Las oficinas son un sector dinámico, en constante evolución y, por tanto, adaptables y de 🚀 rápida respuesta a las diferentes coyunturas económica, empresariales y sociales que se van produciendo. El concepto tradicional de oficinas convive con otras fórmulas surgidas en los últimos tiempos como respuesta a las nuevas necesidades. Una adaptabilidad que rinde.
Rentabilidad. Otro de los puntos fuertes de invertir en este tipo de inmuebles es su alta rentabilidad. En muchas ocasiones, adquirir y poner en alquiler una oficina brinda retornos económicos mucho mayores que los que se obtendrían en otro tipo de propiedades. Grandes grupos inversores ven en este mercado y su potencial de valorización a largo plazo una oportunidad. Y suelen equivocarse muy poco.
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